LA FORMACIÓN
DE UN TRONCO O ESTIRPE PROPIA
Artículo aparecido en Italia Ornitológica y
que me parece de interés para los
criadores de canarios de cualquier raza o variedad.
Massimo
Capitanio (Médico Veterinario)
Cuando queremos adquirir ejemplares para
mejorar nuestro criadero hay que tener presente que, en mi opinión, saber que
comprar no es fácil. Hay que tener claro cuáles son los defectos de los pájaros
de nuestro criadero, los límites de nuestros canarios con el fin de encontrar
ejemplares adecuados para compensar las
deficiencias de nuestro stam. Lo mejor es acudir a un solo criador,
posiblemente a uno que consiga buenos resultados en las exposiciones a lo largo
del tiempo, de forma que sus canarios tengan características bien visibles, una
especie de marca de fábrica que permita inmediatamente evaluar la competencia
de dicho criador y la calidad de su criadero.
Algunos pueden argumentar que partiendo
de ejemplares que hayamos comprado en el mercado, y seleccionando los mejores
ejemplares de nuestro criadero podemos llegar a buenos resultados. Utilizando
ejemplares de un valor medio de 84 puntos, en tres años se puede llegar a los
87. A continuación, siguiendo con el trabajo podremos conseguir que el valor
medio de los ejemplares de nuestro criadero sea de 88 puntos, luego 89… Este razonamiento es cierto para criadores
competentes. Lógicamente si se parte de un potencial inicial más alto – 88
puntos de valor medio en lugar de 84 – se conseguirán valores medios más altos
pues de esta manera en lugar de conseguir 89 puntos en los primeros años de
trabajo se pueden conseguir 90 ó 91.
Como se ve, tiene sentido empezar con un buen grupo de aves, de buena calidad,
con los que trabajar para conseguir nuestro propio tronco o estirpe de
campeones. Todo criador se deshace de los canarios que le sobran y que no le
son esenciales para la cría. Pero si esos canarios tienen una calidad superior
a la de los de nuestro criadero podemos traerlos a casa y continuar con nuestro
proceso selectivo.
En mi opinión, el número ideal de las
parejas para poder elegir sin demasiados problemas es al menos 20, o también
pueden ser 20 hembras y 16 machos. Es
evidente que hay que tener el espacio y el tiempo, suficientes, pues si no hay
que tener un número diferente de acuerdo a las posibilidades de cada uno. Si intentamos configurar parejas para lograr buenos intensos y nevados, amarillos y
azules (blancos), con casco y sin casco, etc. nos damos cuenta de que un
pequeño número de parejas aumenta en gran medida las dificultades para seleccionar los ejemplares.
Es conveniente mantener un núcleo de
cría, un número de parejas nacidas en nuestro propio criadero, elegidos entre
los mejores ejemplares, ya acostumbrados a nuestra forma de llevar el criadero
(temperatura, alimentación, iluminación, etc.) y agregar un pequeño número de
parejas para mejorar las deficiencias de nuestro tronco o estirpe. En la
práctica se escogen 17 parejas, nacidas en el criadero, escogidos entre los
mejores tanto en aspecto como por ser buenos criadores o cuyos padres sí lo son
(nos referimos a los pájaros del primer año) y se añaden 3 nuevas parejas.
Entre las posibilidades de cría podemos mantener diferentes líneas o mezclarlas
total o parcialmente.
1ª POSIBILIDAD: LÍNEAS SEPARADAS. Si tengo 52 canarios de las parejas de mi
criadero (88 puntos de valor medio) y 10 canarios de las nuevas parejas (valor
medio 90 puntos) ocurre que el patrimonio genético del criadero es diferente. Con
este tipo de actuaciones lo que hacemos en realidad es tener dos tipos de
canarios en nuestro criadero y no llegamos a tener una estirpe totalmente
propia. Este tipo de estrategia solo tiene sentido si queremos probar si los
nuevos canarios dan realmente canarios de una calidad media más alta que la
nuestra para luego ir mezclando paulatinamente los dos tipos de canarios.
2ª POSIBILIDAD: INTRODUCCIÓN
PARCIAL. Si hacemos 16 parejas de
nuestros propios canarios, 2 parejas nuevas y dos parejas cruzando canarios
propios X canarios nuevos, obtendremos canarios propios (con valor medio de 88
puntos), canarios nuevos (90) y canarios intermedios entre las dos líneas. Esta actuación nos sirve para poder evaluar la
compatibilidad entre las dos estirpes y verificar si las nuevos canarios que
hemos introducido son buenos reproductores y los resultados
fenotípicos de los hijos nacidos, es decir, comprobar si trasmiten sus mejores
características.
3ª POSIBILIDAD: MEZCLA ENTRE AMBAS
LÍNEAS. Se mezclan los ejemplares
nuestros con los nuevos. Nos encontraremos con una variabilidad fenotípica
mayor respecto a las dos anteriores posibilidades.
Con una cría selectiva normal se busca
un aumento de las características positivas según el estándar de la raza y una
disminución de los defectos. El objetivo es conseguir un grupo de animales lo
más posible similares entre sí tanto fenotípicamente como genéticamente. Desde
esta óptica la consanguinidad puede ayudarnos.
He escuchado opiniones discordantes
sobre la consanguinidad, algunos lo ven lógico, otros catastrófico. Como para
todas las cosas se necesita conocimiento y capacidad para afrontar el proceso selectivo que tiene como
objetivo aumentar la homocigosis en el patrimonio genético de un determinado
grupo de animales. En la práctica, la variable que más influye en la evolución
genética de un criadero es el criador, ya que con sus decisiones dirige el
cambio de sus animales.
El aumento de la homocigosis supone una
mayor uniformidad del patrimonio genético de nuestros animales. Si los
reproductores son homocigóticos para unos determinados caracteres, trasmitirán
a sus hijos dichos caracteres.
Con la homocigosis salen todos los
caracteres recesivos, tanto positivos como negativos. El criador elimina de la
reproducción los ejemplares que muestran
los caracteres negativos. El resto de ejemplares manifestará un elevado
porcentaje de homocigosis, de una gran similitud fenotípica, que si se ha
dirigido en la dirección correcta se traducirá en un grupo de animales muy
similares entre sí, de alto valor por su proximidad al estándar ideal, y
exentos de defectos y problemas de enfermedades y supervivencia.
Todo lo dicho hasta ahora parece fácil
en el plano teórico, en la práctica surgen numerosas dificultades e imprevistos
que hacen que las cosas no sean tan fáciles y simples como aparecen en un
escrito. La habilidad de un criador consiste en saber ir superando todas esas
dificultades pero teniendo muy claro el camino que debe seguir. Si no se sabe
el camino es muy fácil perderse.